Crónica del Gambito A. Ronda 1.
El destino quiso que nos enfrentásemos al primer filial,
el Gambito B, en la localidad de La Palma del Condado, concretamente en la
bella Plaza de España.
La sala de juego estaba ya perfectamente
organizada, amén de la documentación pertinente, por la familia Infantes
González, demostrando así de donde viene el talento desbordante de sus hijos.
En la mesa 1, Carlos López, quien tuvo la
gentileza de aceptar jugar, pese a ser avisado dos horas antes del lance,
debido a una baja de última hora de un integrante, condujo las piezas blancas
frente a David Infantes. Desde mi mesa oteé varias veces el rostro del pequeño
David. Créanme si les digo que daba gusto verle pensar y mover sus piezas con
precisión. Posteriormente me hice con la planilla y les aseguro que cometió un
solo error, en la jugada 19, y resistiendo a nuestro mejor jugador, las 31
jugadas siguientes. ¡Muy bien, David! Por favor, contra mi, no juegues tan
bien, ¿eh?
En la mesa 2, Arturo del Toro se medía con
Goro. La partida fue bien conducida por nuestro rival, el joven Arturo, quien
desarrolló una fuerte presión en la columna f y en el enroque de Goro. Este, no
se amedrentó, resistió bien, para acabar aprovechando una omisión de cálculo
del primer jugador que precipitó una rápida victoria de las piezas negras.
En la mesa 4, el jovencísimo David Moreno
se medía a nuestro compañero Fernando Romero. Transcribo las palabras que este
me ha hecho llegar, al respecto de su partida. Son muy nítidas:
Llegaba a la
partida bastante nervioso, mi rival era joven, y a priori de menor nivel que
yo, pero las partidas largas las tenía desatendidas desde hace casi un año, por
lo que se preveía un encuentro duro, y en el que a menos que sacará un momento
de brillantez o mi rival cometiera un fallo, no iba a ser fácil. En ciertos
momentos de la partida, me tenía completamente maniatado, no encontraba ningún
plan sólido y claro para jugar. Momentos vacíos en mi juego. Finalmente, en un
intento de rematarme, mi rival cometió un fallo que me permitió obtener una
pieza de ventaja, y aun así resistió casi 20 jugadas hasta que pude cambiar las
damas y terminar con su amenaza, rindiéndose al momento.
¡Grande David! Por tu juego osado. ¡Grande
Fernando! Por tu sinceridad y autocrítica. Todos sabemos que se nota mucho
cuando un jugador no está en forma y quien primero lo nota es él mismo. Tendrás
tus oportunidades de demostrar tu capacidad.
Por último, en la mesa 3, quien les escribe
conducía las piezas blancas contra la maravillosa María Infantes. Ya nos
enfrentamos en la última edición del Abierto de Almonte y en aquella ocasión me
tuvo completamente ganado, así que ya iba avisado al respecto de lo que María
era capaz de hacer. Quería una partida táctica, para sacarla de su estilo, y lo
logré. Quedé mejor en la apertura, con peón y posición de ventaja. Ella, sin
descomponerse lo más mínimo, hizo jugadas defensivas muy meritorias,
resistiendo bien la posición y tratando de evitar la iniciativa de las piezas
blancas. Finalmente, en la jugada 31, teniendo cierta ventaja, siendo ya la
última partida en juego y con 3 a 0 en nuestro casillero, ofrecí tablas que mi
rival aceptó.
Pusimos así fin a una magnífica velada de
ajedrez y convivencia del club, como mandan los cánones, en una cafetería de la
localidad, departiendo sobre lo divino y lo humano.
Fernando García.
Felicidades Fernando, por tu genial y ocurrente descripción de lo que aconteció en la Palma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Felicidades Fernando, por tu genial y ocurrente descripción de lo que aconteció en la Palma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Felicidades a todos los que jugaron dicho encuentro, estoy seguro de que fue de gran nivel. Que siga lo bueno!
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